miércoles, 31 de mayo de 2017

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy, nuestro querido Papa Francisco, nos alienta a caminar y a seguir firmes en el Señor. Él es un ejemplo de esos apóstoles, del que es sucesor directo, que nos animan al camino y a la esperanza. Hoy nos alienta a seguir el soplo del Espíritu Santo, que permanece y está con nosotros, y que nos asiste y fortalece, para que nuestros pasos sean seguros y confiados en la esperanza de que nuestro Señor está con nosotros.

¡Hermanos!, agarrados a las palabras de nuestro Papa Francisco, y confiados en el Espíritu Santo que le mueve y nos mueve también a nosotros, abramos nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo que nos alienta, nos conforta y nos guía hacia la Casa del Padre.





PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles 31 de mayo de 2017


Queridos hermanos y hermanas:

Ante la solemnidad de Pentecostés, he deseado presentar hoy la relación que existe entre el Espíritu Santo y la esperanza.

El Espíritu Santo sopla y mueve la Iglesia, camina con ella, por eso, del mismo modo que la Escritura paragona la esperanza a un ancla, que asegura el barco en medio del oleaje, también podemos compararla con una vela que recoge ese viento del Espíritu para que empuje nuestra nave.

Cuando decimos: «Dios de la esperanza» no significa solamente que Dios es el objeto de nuestro anhelo, algo que deseamos alcanzar en la vida eterna; sino que también Dios es quien nos colma hoy y en cualquier lugar de su alegría y de su paz, de su esperanza.

Hermanos, estemos seguros de que nuestra esperanza no quedará defraudada, porque el Espíritu ha derramado en nuestros corazones el amor de Dios y da testimonio de que somos sus hijos. Llenos de confianza, seremos capaces de afrontar cualquier tribulación y de ser sembradores de esperanza entre nuestros hermanos, consolando, defendiendo y asistiendo a todos, como el Paráclito nos enseña y nos guía.

Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los que han venido para participar en la Vigilia de Pentecostés con ocasión de los 50 años de la Renovación Carismática Católica, así como a los demás grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los exhorto a perseverar en la oración, junto con María, Nuestra Madre, pidiendo a Jesús que el don del Espíritu Santo nos haga sobreabundar en la esperanza.

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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.