miércoles, 17 de octubre de 2018

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Continúa el Papa Francisco con la catequesis del quinto mandamiento. Se trata de no matar, o dicho de otro modo, de respetar y defender la vida. Me faltan palabras ante la claridad y sencillez del Santo Padre. Su reflexión es profunda y clara. La indiferencia, la exclusión y el marginar son pasos de muerte y las consecuencias se constatan en las leyes, aborto y eutanasia.

Por el contrario, el amar es nexo de unión, de perdón, de respeto y de vida. Quien ama da vida y defiende ese don por el que nuestro Padre Dios nos ha dado la oportunidad de vivir para siempre si vivimos injertados en Él.



PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles, 17 de octubre de 2018


Queridos hermanos y hermanas:

Continuamos hoy la catequesis sobre el quinto mandamiento del decálogo: «No matarás». Hemos ya reflexionado sobre cómo a los ojos de Dios toda vida es valiosa, sagrada e inviolable, porque somos su imagen y objeto de su amor infinito.

En el Evangelio que hemos oído, Jesús revela un sentido aún más profundo de este mandamiento: la ira, el insulto y el desprecio contra los demás son también una forma de homicidio. Por eso, indica que si al presentar nuestra ofrenda nos recordamos de haber ofendido a alguien, debemos ir antes a reconciliarnos con esa persona.

¿Qué quiere decirnos Jesús con esto? Que lo importante es el respeto a toda la persona, no sólo a su dimensión física sino también a la espiritual, porque la indiferencia también mata. No amar es el primer paso para matar; y no matar, el primer paso para amar.

La vida humana tiene necesidad de amor auténtico, un amor como el de Jesucristo, lleno de misericordia, que perdona y acoge sin condiciones. No podemos sobrevivir sin misericordia, todos tenemos necesidad del perdón. Por eso, si matar significa destruir, suprimir o eliminar a alguien, no matar es, en cambio, cuidar, valorizar, incluir y perdonar a los demás.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Que el Señor Jesús, Autor de la vida, nos conceda comprender que el mandamiento «no matarás» es, ante todo, una llamada al amor y a la misericordia, una invitación a vivir como Él, que por nosotros murió y resucitó. Santa María, Madre de la Misericordia, nos ampare e interceda por nosotros. Muchas gracias.