miércoles, 31 de enero de 2024

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy, el Papa Francisco nos habla de la ira.  unos de los siete pecados capitales, que como la avaricia y gula desestabilizan nuestra paz, endurecen nuestro corazón y transforma nuestro semblante, tal y como nos dice el Papa Francisco, poniéndolo en un estado de agitación y haciéndose visible a la mirada de los demás. La experiencia, quizás de haberla sufrido, nos enseña el peligro que suscita el padecerla y la necesidad de cortarla de raíz con y por la Gracia de Dios. 


 PAPA FRANCESCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 31 de enero de 2024

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Catequesis. Vicios y virtudes. 3. La ira

Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis meditamos sobre la ira. Es un vicio “visible” en cuanto trasforma nuestro semblante y pone todo nuestro cuerpo en agitación. Una característica crucial es su capacidad de alargarse. La ira desarrolla en nosotros la percepción negativa del otro, englobando toda su persona y no sólo lo que, con razón o sin razón, consideramos ofensivo. Además, no se aquieta con el tiempo y la distancia, sino que se autoalimenta creciendo en nuestro ánimo a base de pensamientos tortuosos. La Escritura nos da dos recetas contra esto: la primera, que no lleguemos a la noche sin haber buscado la reconciliación, con el fin de cortar de raíz esta espiral demoniaca; la segunda, llevar a la oración el compromiso de perdonar a los demás como Dios lo hace con nosotros.

Existe además, una santa ira, de la que también nos habla el Evangelio y nace de nuestro ser. Esta no nos permite permanecer indiferentes ante la injusticia, pues hay situaciones que conmueven nuestras entrañas y no seríamos ni humanos ni cristianos si así no fuese. 

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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor ser conscientes de nuestra debilidad frente a la ira, de modo que cuando surja podamos encauzarla positivamente, para que esta no nos domine, sino que la transformemos en un santo celo por el bien. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.

miércoles, 24 de enero de 2024

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Con el tiempo me he dado cuenta de que la avaricia está en aquellos que cegados por el poder del dinero no se dan cuenta de que aquí el tiempo es poco. Por tanto, de muy poco sirve - valga la redundancia - poseer todo el dinero y el poder del mundo porque todo se acabará pronto, y todo se quedará aquí. De que te vale, pues, ganar el mundo si pierdes tu alma y tu vida condenándola para la eternidad. Hoy el Papa Francisco toca este vicio tan peligroso de la avaricia y nos invita a reflexionar sobre el mismo.



PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 24 de enero de 2024

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Catequesis. Vicios y virtudes. 5.  La avaricia.

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy reflexionamos sobre el vicio de la avaricia. Es el vicio que provoca un apetito compulsivo por el dinero. Corrompe la voluntad del hombre inclinándolo a poner su corazón en los bienes materiales. La presencia de este vicio en cada uno de nosotros no depende de la cantidad de riquezas o del valor de los objetos que deseamos, depende más bien de cómo nos disponemos interiormente para relacionarnos con ellos.

Los santos monjes del desierto proponían un remedio eficaz para escapar de las garras de la avaricia; este remedio consiste en meditar sobre la propia muerte y darse cuenta de que la relación con las posesiones personales es sólo una apariencia, es una ilusión, porque nada de este mundo nos pertenece. También nos hará bien considerar que en esta tierra somos extranjeros, somos peregrinos. No dejemos, pues, que las riquezas nos posean, antes bien aprendamos de Cristo que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Cor 8,9).

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Saludo cordialmente a todos los peregrinos de lengua española. Estamos celebrando la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. El apóstol Pablo, de quien mañana recordamos su conversión, nos exhorta a trabajar juntos y con generosidad en la construcción del único e indivisible cuerpo de Cristo. Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los acompañe. Muchas gracias.

miércoles, 17 de enero de 2024

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Pensamos que vivir bien consiste en una buena comida, es decir, comer bien y sumergirte en el placer sexual. De ahí la corrupción que hay actualmente de menores y del placer sexual. Hoy el Papa en su audiencia de los viernes nos advierte del peligro de la lujuria, de la que dice: «los antiguos Padres nos enseñan que, después de la gula, el segundo "demonio", es decir vicio, que está siempre agazapado a la puerta del corazón es el de la lujuria. Mientras que la gula es la voracidad hacia la comida, este segundo vicio es una especie de "voracidad" hacia otra persona, es decir, el vínculo envenenado que los seres humanos mantienen entre sí, especialmente en el ámbito de la sexualidad».


PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 17 de enero de 2024

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[El siguiente texto también incorpora partes no leídas que se consideran pronunciadas]

Catequesis. Vicios y virtudes - 4. La lujuria

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy escuchemos bien la catequesis, porque después tendremos un circo que actuará aquí para entretenernos.

Continuemos nuestro itinerario sobre los vicios y las virtudes; y los antiguos Padres nos enseñan que, después de la gula, el segundo "demonio", es decir vicio, que está siempre agazapado a la puerta del corazón es el de la lujuria. Mientras que la gula es la voracidad hacia la comida, este segundo vicio es una especie de "voracidad" hacia otra persona, es decir, el vínculo envenenado que los seres humanos mantienen entre sí, especialmente en el ámbito de la sexualidad.

Entiéndase bien: en el cristianismo no se condena el instinto sexual. Un libro de la Biblia, el Cantar de los Cantares, es un maravilloso poema de amor entre una pareja de novios. Sin embargo, esta hermosa dimensión de nuestra humanidad, la dimensión sexual, la dimensión del amor, no está exenta de peligros, hasta el punto de que ya San Pablo tiene que abordar la cuestión en la primera Carta a los Corintios. Escribe así: "Es cosa pública que se cometen entre ustedes actos deshonestos, como no se encuentran ni siquiera entre los paganos" (5,1). El reproche del Apóstol se refiere precisamente a un uso malsano de la sexualidad por parte de algunos cristianos.

Pero miremos la experiencia humana, la experiencia del enamoramiento. Aquí hay muchos recién casados, ¡ustedes pueden hablar de esto! Por qué sucede este misterio y por qué es una experiencia tan impactante en la vida de las personas, ninguno de nosotros lo sabe. Una persona se enamora de otra, el enamoramiento llega. Es una de las realidades más sorprendentes de la existencia. La mayoría de las canciones que oímos en la radio hablan de esto: amores que se encienden, amores que siempre se buscan y nunca se alcanzan, amores llenos de alegría o amores que atormentan hasta las lágrimas.

Si no está contaminado por el vicio, el enamoramiento es uno de los sentimientos más puros. Una persona enamorada se vuelve generosa, disfruta haciendo regalos, escribe cartas y poemas. Deja de pensar en sí misma para proyectarse completamente hacia el otro. Es bello esto. Y si le preguntas a una persona enamorada: “¿por qué amas tú?”, no encontrará respuesta: en muchos sentidos, el suyo es un amor incondicional, sin motivo. Paciencia si ese amor, tan poderoso, es también un poco ingenuo: el enamorado no conoce realmente el rostro de la otra persona, tiende a idealizarla, está dispuesto a hacer promesas cuyo peso no capta inmediatamente. Este "jardín" donde se multiplican las maravillas no está, sin embargo, a salvo del mal. Puede ser contaminado por el demonio de la lujuria, y este vicio es particularmente odioso, al menos por dos razones.

En primer lugar, porque devasta las relaciones entre las personas. Para documentar tal realidad, desgraciadamente bastan las noticias cotidianas. ¿Cuántas relaciones que comenzaron de la mejor manera se han convertido luego en relaciones tóxicas, de posesión del otro, carentes de respeto y de sentido de los límites? Son amores en los que ha faltado la castidad: una virtud que no hay que confundir con la abstinencia sexual - la castidad es más que abstinencia sexual-, sino con la voluntad de no poseer nunca al otro. Amar es respetar al otro, buscar su felicidad, cultivar la empatía por sus sentimientos, disponerse en el conocimiento de un cuerpo, una psicología y un alma que no son los nuestros y que hay que contemplar por la belleza que encierran. Amar es esto, el amor es hermoso. La lujuria, en cambio, se burla de todo esto: la lujuria saquea, roba, consume de prisa, no quiere escuchar al otro sino sólo a su propia necesidad y placer; la lujuria juzga aburrido todo cortejo, no busca esa síntesis entre razón, pulsión y sentimiento que nos ayudaría a conducir sabiamente la existencia. El lujurioso sólo busca atajos: no comprende que el camino del amor debe recorrerse lentamente, y que esta paciencia, lejos de ser sinónimo de aburrimiento, nos permite hacer felices nuestras relaciones amorosas.

Pero hay una segunda razón por la cual la lujuria es un vicio peligroso. Entre todos los placeres del hombre, la sexualidad tiene una voz poderosa. Implica todos los sentidos; habita tanto en el cuerpo como en la psique, y esto es bellísimo, pero si no se disciplina con paciencia, si no se inscribe en una relación y una historia en la que dos personas la transforman en una danza amorosa, se convierte en una cadena que priva al hombre de libertad. El placer sexual, que es un don de Dios, se ve socavado por la pornografía: satisfacción sin relación que puede generar formas de adicción. Debemos defender el amor, el amor del corazón, de la mente, del cuerpo, el amor puro de donarse recíprocamente. Y esa es la belleza de las relaciones sexuales.

Ganar la batalla contra la lujuria, contra la “cosificación” del otro, puede ser un esfuerzo que dura toda la vida. Pero el premio de esta batalla es el más importante de todos, porque se trata de preservar esa belleza que Dios escribió en su creación cuando imaginó el amor entre el hombre y la mujer, que no es para usarse el uno al otro, sino para amarse. Esa belleza que nos hace creer que construir juntos una historia es mejor que lanzarse a la aventura - ¡hay tantos don Juanes! -, cultivar la ternura es mejor que doblegarse ante el demonio de la posesión – el verdadero amor no posee, se dona -, servir es mejor que conquistar. Porque si no hay amor, la vida es triste, es una triste soledad. Gracias.

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Saludos

Saludo cordialmente a todos los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor la gracia de saber amar como Él ama, con un amor libre y gratuito, y también de saber contemplar respetuosamente el don que Dios nos da en el hermano. Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los acompañe. Muchas gracias.

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Resumen leído por el Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Siguiendo este ciclo de catequesis dedicado a considerar los vicios y las virtudes, hoy meditamos sobre la lujuria. Se trata de un vicio que ataca y distrae todos nuestros sentidos, nuestro cuerpo y nuestra psique. Este vicio se presenta como un apetito voraz que impulsa a utilizar a las personas, a depredarlas, a robarlas buscando en ellas un placer desordenado. En cambio, el amor verdadero se muestra desinteresado, sin condiciones; es generoso, es comprensivo, es servicial.

La Biblia y la Tradición cristiana ofrecen un lugar de honor y de respeto a la dimensión sexual humana. Ésta nunca se condena cuando preserva la belleza que Dios ha inscrito en cada uno de nosotros, cuando está abierta al cuidado del prójimo, a la vida y la ayuda mutua. Por ello, cuidemos siempre que nuestros afectos y nuestro amor no se vean contaminados por la voluntad de poseer al otro.

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Llamamiento

Expreso mi cercanía y mi solidaridad con las víctimas, todas civiles, del ataque con misiles que afectó a una zona urbana de Erbil, la capital de la Región Autónoma del Kurdistán iraquí. Las buenas relaciones entre vecinos no se construyen con este tipo de acciones, sino con el diálogo y la cooperación. Pido a todos que eviten cualquier paso que aumente la tensión en Oriente Medio y otros escenarios bélicos.

miércoles, 10 de enero de 2024

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

El Papa Francisco nos habla en la audiencia de hoy de la gula, la locura del vientre como, nos dice el Papa, la llamaban los Padres antiguos. No cabe ninguna duda que la gula despierta ambiciones de poder y riqueza que separan y dividen y que marginan a los pobres. El Papa Francisco nos pone como referencia la sana alegría de las bodas de Caná donde lo bueno, lo que da sentido a nuestra vida es el deseo sano y fraterno de compartir. Sobre todo con los más necesitados.



PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 10 de enero de 2024

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Catequesis. Vicios y virtudes. 3. La gula

Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis meditamos sobre la gula, la locura del vientre como la llamaban los Padres antiguos. Jesús nos ha enseñado a ser capaces de amar la sana alegría de las bodas de Caná; a sentar a nuestra mesa a los pobres y a los pecadores, en signo de comunión; a no sujetarnos supersticiosamente a reglas de impureza, sino considerar todo como un don de Dios, confiado a nuestra custodia. 

Sin embargo, cada vez más nuestra sociedad da muestras de haber perdido el sentido auténtico de la relación con los bienes de la tierra. Muchos trastornos alimenticios expresan el sufrimiento de tantas personas ante esta realidad. Hemos pasado de ser administradores de los bienes divinos, a ser consumidores, detentores de una voracidad insaciable que está destruyendo el planeta. 

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Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor recuperar el sentido eucarístico del comer, en lo que tiene de acción de gracias a Dios por lo que nos da y de comunión con el hermano, con el compartinos la alegría de la fraternidad. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.