domingo, 1 de mayo de 2016

TODO CONSISTE EN AMAR

(Jn 14,23-29)

Cuando hay amor todo tiene cumplimiento y se sostiene en el amor, valga la redundancia,  en las dificultades y los problemas. El amor persevera en la Palabra, porque amar es un compromiso tal y como nos ama el Padre, que envía a su Hijo para revelarnos su amor.

No nos es fácil vivir el compromiso de amar, pero no estamos solos ante el peligro. Sería fatal, porque nosotros solos llevaríamos siempre las de perder frente al demonio que nos acecha. Jesús, consciente de esa debilidad, propia de nuestra naturaleza pecadora, no nos deja solos y nos envía el Paráclito, el Espíritu Santo, para que nos acompañe y nos asista, recordándonos todo lo que nos ha dicho y enseñado Jesús.

Y hoy, la Iglesia, descansa en la asistencia del Espíritu Santo, que la guía por el verdadero camino hacia la Casa del Padre. Es es nuestra esperanza y nuestro gozo, sabernos auxiliados y animados por el Espíritu Santo, y asistido en los momentos de gran dificultad. Por, con y en Él superamos todos los obstáculos, aunque tengamos que soportar momentos tensos de debilidad y oscuridad.

Son las cruces, nuestras cruces, las de nuestro camino que superaremos con paciencia y perseverancia injertados en Jesús y guardando su Palabra por amor. Danos, Señor, esa fortaleza y voluntad para perseverar en el amor a tu Palabra y guardarla en todo los momentos de nuestra vida.