sábado, 16 de marzo de 2013

CON EL CORAZÓN ABIERTO

Nuestro Papa Francisco habla con el corazón y nos descubre el verdadero camino de seguimiento a Jesús: "No hay otro, sino la Cruz". Edificar, construir y confesar según Jesús, agarrados a su Cruz, y injertados a la acción del Espíritu Santo.



SAN HERIBERTO DE COLONIA

San Heriberto de Colonia


Nació en Worms en 970 y fue Arzobispo de Colonia, canciller del emperador Otón III y fundador de la abadía de Deutz. Al morir el emperador, fue arrestado por el futuro Rey Enrique II porque Heriberto se había opuesto inicialmente a su candidatura. Cuando el monarca tomó el cargo, cambió de opinión y le sirvió fielmente. A pesar de ello, Heriberto no se ganó la absoluta confianza de Enrique II hasta cuando el rey reconoció su error y pidió perdón al Arzobispo. El Papa Gregorio VI canonizó a Heriberto, que ya fue un santo en vida, entre 1073 y 1075. 


16 de marzo de 2013, sábado de la semana IV de Cuaresma.
Oración de la mañana (laudes)

Oraciones del día descargables en PDF aquí.

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO
Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas;
clávame tus siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí, en mi torpe mejilla,
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima que brilla.

¿Dónde está ya el mediodía
luminoso en que Gabriel,
desde el marco del dintel,
te saludó: "Ave, María"?
Virgen ya de la agonía,
tu Hijo es el que cruza ahí.
Déjame hacer junto a ti
ese augusto itinerario.
Para ir al monte Calvario,
cítame en Getsemaní.

A ti, doncella graciosa,
hoy maestra de dolores,
playa de los pecadores,
nido en que el alma reposa,
a ti ofrezco, pulcra rosa,
las jornadas de esta vía.
A ti, Madre, a quien quería
cumplir mi humilde promesa.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María. Amén.

Antífona 1: Es bueno tocar para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.

SALMO 91: Alabanza del Dios creador
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes,
sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Es bueno tocar para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.