miércoles, 3 de junio de 2015

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO



Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy nos referimos a la pobreza, como condición de vida que pone a prueba la familia y la hace vulnerable. La pobreza azota a muchas familias en las periferias de las grandes ciudades y también en algunas zonas rurales. 

Muchas veces se ve agravada por la guerra, que es sin duda la madre de todas las pobrezas, depredadora de vidas, de almas y de los afectos más queridos. En medio de estas situaciones, muchas familias intentan vivir con dignidad, confiando en la bendición de Dios, convirtiéndose así en una auténtica escuela de humanidad que salva a la sociedad de la barbarie. 

Pero este reconocimiento no nos exime de nuestra obligación de velar con la oración y con la acción para que a nadie falte el pan, el trabajo, la educación y la sanidad. Es necesario que desde todas las instancias de la vida pública se pongan los medios para un nuevo orden social, que rompa la espiral perversa