miércoles, 27 de diciembre de 2023

AUDIENCIA PAPA FRANCISCO

La tentación está al acecho y nosotros debemos estar al quite, preparados para no dejarnos sorprender ni seducir. Hoy nos lo recuerda el Papa Francisco en su audiencia: «el libro del Génesis, a través del relato de los progenitores, presenta la dinámica del mal y de la tentación». Tengamos siempre presente que las virtudes recibidas son para utilizarlas en hacer el bien, vencer a los vicios y al mal.



PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 27 de diciembre de 2023

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Catequesis. Vicios y virtudes. 1. Introducción: custodiar el corazón

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy quisiera introducir un ciclo de catequesis sobre el tema de los vicios y las virtudes. Y podemos comenzar por el inicio mismo de la Biblia, donde el libro del Génesis, a través del relato de los progenitores, presenta la dinámica del mal y de la tentación. Pensemos en el paraíso terrenal. En el cuadro idílico que representa el Jardín del Edén, aparece un personaje que se convierte en el símbolo de la tentación: la serpiente, este personaje seductor. La serpiente es un animal insidioso: se mueve lentamente, deslizándose por el suelo, y a veces ni siquiera se nota su presencia - es silencioso -, porque consigue mimetizarse bien con su entorno y, sobre todo, esto es peligroso.

Cuando inicia su diálogo con Adán y Eva, demuestra que también es un refinado dialéctico. Comienza como se hace en los malos chismes, con una pregunta maliciosa: "¿Es verdad que Dios dijo: ¿No comerás de ningún árbol del jardín?" (Gn 3,1). La frase es falsa: Dios ofreció realmente al hombre y a la mujer todos los frutos del jardín, excepto los de un árbol concreto: el árbol de la ciencia del bien y del mal. Esta prohibición no pretende prohibir al hombre el uso de la razón, como a veces se malinterpreta, sino que es una medida de sabiduría. Como si dijera: reconoce el límite, no te sientas dueño de todo, porque el orgullo es el principio de todos los males. Y así la historia, nos dice que, Dios coloca a los progenitores como señores y guardianes de la creación, pero quiere preservarlos de la presunción de omnipotencia, de hacerse dueños del bien y del mal, que es una tentación. Una mala tentación aúna hora. Este es el escollo más peligroso para el corazón humano.

Como sabemos, Adán y Eva fueron incapaces de resistir la tentación de la serpiente. La idea de un Dios no tan bueno, que quería mantenerlos sometidos, se coló en sus mentes: de ahí el colapso de todo. 

Con estos relatos, la Biblia nos explica que el mal no comienza en el hombre de forma estrepitosa, cuando un acto ya se ha manifestado, pero el mal comienza mucho antes, cuando uno comienza a entretenerse con él, a adormecerlo con la imaginación, pensamientos, acabando siendo atrapados por sus halagos. El asesinato de Abel no comenzó con una piedra arrojada, sino con el rencor que Caín guardaba perversamente, convirtiéndolo en un monstruo en su interior. También en este caso, de nada sirven los consejos de Dios.

Con el diablo, queridos hermanos y hermanas, no se discute. ¡Nunca! No se debe discutir nunca. Jesús nunca dialogó con el diablo; lo expulsó. Y en el desierto, durante las tentaciones, no respondió con el diálogo; simplemente respondió con las palabras de la Sagrada Escritura, con la Palabra de Dios. Estén atentos: el diablo es un seductor.   Nunca dialogar con él, porque él es más astuto que todos nosotros y nos la hará pagar. Cuando llegue la tentación, nunca dialogues. Cerrar la puerta, cerrar la ventana, cerrar el corazónY así, nos defendemos contra esta seducción, porque el diablo es inteligente. Intentó tentar Jesús con citas bíblicas, presentándose como gran teólogo. Estén atentos. Con el diablo no debemos conversar, y con la tentación no debemos dialogar. La tentación llega: cerremos la puerta, guardemos el corazón.

Uno debe ser el guardián de su propio corazón. Y por esta razón no dialogamos con el diablo. Esta es la recomendación - custodiar el corazón - que encontramos en varios padres, los santos. Y debemos pedir esta gracia de aprender a guardar el corazón. Es una sabiduría saber custodiar el corazón. Que el Señor nos ayude en esta tarea. Quien guarda su corazón, guarda un tesoro. Hermanos y hermanas, aprendamos a custodiar el corazón.

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Resumen

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy Comenzamos un nuevo ciclo de catequesis, dedicado al tema de los vicios y las virtudes. Como punto de partida nos situamos en el libro del Génesis, donde se presenta, de diversa manera, la dinámica del mal y de la tentación. En el relato de Adán y Eva, por ejemplo, vemos cómo Dios quiere preservar a la humanidad de la presunción de omnipotencia, de querer ser como dioses. En cambio, ellos sucumben a la tentación, no reconocen sus propios límites, la soberbia entra en sus corazones y rompen la armonía con Dios, y el mal es el mismo castigo.  

Con estos relatos, la Biblia nos enseña que no hay que detenerse a dialogar con el diablo ―con el diablo nunca se dialoga, nunca―, a veces podemos pensar que lo podemos vencer. El demonio actúa muchas veces bajo apariencia de bien. Por eso, en nuestra vida cristiana es fundamental discernir si nuestros pensamientos y deseos provienen de Dios o, por el contrario, del adversario. Para ello es necesario que permanezcamos siempre vigilantes y, sobre todo, custodiando el corazón.

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Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. En particular, al coro de los niños cantores de Zulia, provenientes de Venezuela. En estos días de Navidad, pidamos la intercesión de san José, Custodio de Jesús y María, para que nos enseñe a cuidar el corazón y a estar atentos a todo lo que pueda alejarnos del Señor. Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide. Muchas gracias.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

AUDIENCIA PAPA FRANCISCO

De acuerdo  con el Papa Francisco, en la Navidad es fundamentalmente el pesebre, el Misterio que se encarna en Naturaleza humana y quiere nacer pobre, en un humilde pesebre como llamándonos a una lucha contra las apetencias y riquezas de esta vida que nos esclavizan y nos someten dominando nuestra voluntad y deseo de amarnos fraternalmente. Y, por desgracia, en muchos lugares pasa desapercibido oculto entre las luces, regalos y fiestas. 



PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 20 de diciembre de 2023


Catequesis. El belén de Greccio, escuela de sobriedad y de alegría

Queridos hermanos y hermanas:

En esta Navidad de 2023 se cumplen 800 años del pesebre viviente que san Francisco de Asís realizó en la localidad italiana de Greccio. Su intención fue representar la escena del nacimiento de Jesús, pudiendo revivir así, por medio de los sentidos, la sencillez evangélica, la pobreza y la humildad de la Sagrada Familia en la gruta de Belén. Y aquí nacieron los pesebres vivientes.

Durante estos días, cercanos a las fiestas navideñas, podemos correr el riesgo de descuidar lo esencial, distraídos por las numerosas ofertas del consumismo y el bienestar mundano. En este contexto, los personajes del belén nos muestran cómo celebrar verdaderamente la Navidad: con sobriedad y alegría evangélica. Contemplemos el pesebre, y eso, hagámoslo en familia, en comunidad, esto nos ayuda a centrarnos en lo más importante de nuestra vida: la relación con Dios, con los demás y con la creación; y así, cultivemos en nuestros ambientes un clima de armonía, de gozo y de paz.

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Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. En estos últimos días del Adviento, los invito a prepararse para recibir al Niño Jesús con alegría y sencillez de corazón, por medio de la oración, la participación en los sacramentos y las obras de caridad. Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

El Papa nos invita a abrirnos a la Palabra de Dios y a darla a conocer. Es inevitable que el cristiano fiel seguidor de Jesús necesita abrir su corazón para transmitir su amor y misericordia en correspondencia al Amor y Misericordia que recibe de su Padre Dios. Así nos lo transmitió Jesús, su Hijo predilecto, y así debemos de corresponder, asistidos por la acción del Espíritu Santo recibido en nuestro bautizo.




PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 13 de diciembre de 2023

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Catequesis. La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente. 30. ¡Efatá, ábrete Iglesia!

Queridos hermanos y hermanas,  

concluimos hoy el ciclo dedicado al celo apostólico, durante el cual nos hemos dejado inspirar por la palabra de Dios, para ayudar a cultivar la pasión por el anuncio del Evangelio. Y esto incumbe a cada cristiano. Pensemos en el hecho de que, en el bautismo, el celebrante dice, tocando las orejas y los labios del bautizado: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a su tiempo escuchar su Palabra y proclamar la fe”.

Hemos escuchado el prodigio de Jesús. El evangelista Marcos se toma mucho tiempo para describir dónde tuvo lugar: “Hacia el mar de Galilea…” ¿Qué es lo que aúna estos territorios? El estar principalmente habitados por paganos. No eran territorios habitados por israelíes, sino principalmente por paganos. Los discípulos salieron con Jesús, que es capaz de abrir las orejas y la boca: el fenómeno del mutismo y de la sordera, en la Biblia, es también metafórico, y designa el cierre a las llamadas de Dios. Hay una sordera física, pero en la Biblia quien es sordo a la palabra de Dios es mudo, es el que no comunica la Palabra de Dios. 

Otro signo también es indicativo: el Evangelio relata la palabra decisiva de Jesús en arameo, “efatá”, que significa “ábrete”, deja que tus oídos se abran, deja que tu lengua se abra; y no se trata de una invitación dirigida al sordomudo, que no podía oírla, sino precisamente a los discípulos de aquel tiempo y de todos los tiempos. También nosotros, que hemos recibido la efatá del Espíritu en el bautismo, estamos llamados a abrirnos. “Ábrete”, dice Jesús a cada creyente y a su Iglesia: ¡Ábrete, porque el mensaje del Evangelio te necesita para ser testimoniado y anunciado! Y esto nos hace pensar también en la actitud del cristiano: el cristiano debe estar abierto a la Palabra de Dios y al servicio de los demás. Los cristianos cerrados siempre acaban mal, porque no son cristianos, son ideólogos, ideólogos de la cerrazón. Un cristiano debe estar abierto al anuncio de la Palabra de Dios, a la acogida de los hermanos y de las hermanas. Y por eso, este efatá, este “ábrete”, es una invitación para todos nosotros.

También al final de los Evangelios, Jesús nos entrega su deseo misionero: Vayan más lejos, vayan a apacentar, vayan a predicar el Evangelio.

Hermanos y hermanas, sintámonos todos llamados, como bautizados, a testimoniar y anunciar a Jesús. Y pidamos la gracia, como Iglesia, de saber realizar una conversión pastoral y misionera. El Señor, a la orilla del mar de Galilea le preguntó a Pedro si le amaba, y luego le pidió que pastoreara sus ovejas (cf. vv. 15-17). Preguntémonos también nosotros, hagámonos cada uno de nosotros esta pregunta: ¿Amo realmente al Señor, hasta el punto de querer anunciarlo? ¿Quiero convertirme en su testigo o me contento con ser su discípulo? ¿Me tomo a pecho a las personas que conozco? ¿Las llevo a Jesús en oración? ¿Quiero hacer algo para que la alegría del Evangelio, que ha transformado mi vida, haga más bella la de ellos? Pensemos en esto. Pensemos en estas preguntas y vayamos adelante con nuestro testimonio. Gracias.

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Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. No olvidemos que el Señor nos llama a abrirnos al soplo del Espíritu Santo para escuchar su voz y dejarnos impulsar por la pasión de evangelizar; esa es una tarea que concierne a todo cristiano. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

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Resumen 

Queridos hermanos y hermanas:

Concluimos hoy el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico. En este camino nos hemos inspirado en la Palabra de Dios y hemos conocido la vida de algunos cristianos que han sido ejemplo de esta pasión por la evangelización. Finalmente, reflexionamos sobre la palabra Efatá, que significa “ábrete”. Se trata de una expresión que dice el celebrante en el momento del bautismo, al mismo tiempo que toca los oídos y los labios del bautizado. Es una llamada a abrir y expandir toda la persona para recibir el anuncio de Jesús y salir a la misión.  

Dejemos que el Señor toque nuestra lengua y nuestros oídos, que los abra, que los desate para anunciar su presencia que libera y conforta a todos, especialmente a los que más sufren. Que nos colme con la efusión del Espíritu Santo para avivar la llama del amor divino en los corazones de todos, sin miedo, con valentía. Abandonar las seguridades personales y confiar en la llamada de Jesús nos hará lanzarnos al mar del mundo, dispuestos a ir y anunciar a todos los pueblos lo que hemos visto y oído.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

AUDIENCIAS DEL PAPA FRANCISCO

Nada depende de nosotros. Todo depende de Dios. Y todo se nos ha dado en la hora e instante de nuestro bautismo al recibir al Espíritu Santo. Es Él quien actua en nosotros y solo está de nuestra parte, porque así lo ha querido nuestro Padre Dios al crearnos libre, el dejarle actuar libremente. Es decir, entregarle o darle permiso para que actúe en nosotros. Jesús en el comienzo de su misión recibe al Espíritu Santo. Y nosotros, sus discípulos, hacemos lo mismo. Todo es Gracia del Espíritu y sin Él nada podemos.



PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 6 de diciembre de 2023

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Catequesis. La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente. 29. El anuncio es en el Espíritu Santo.

Queridos hermanos y hermanas,

en las catequesis pasadas hemos visto que el anuncio del Evangelio es alegría, es para todos y va dirigido al hoy. Descubrimos ahora una última característica esencial: es necesario que el anuncio suceda en el Espíritu Santo. De hecho, para “comunicar a Dios” no bastan la alegre credibilidad del testimonio, la universalidad del anuncio y la actualidad del mensaje. Sin el Espíritu Santo todo celo es vano y falsamente apostólico: sería solo nuestro y no traería fruto.

En Evangelii gaudium recordé que «Jesús es el primero y el más grande evangelizador»; que «en cualquier forma de evangelización el primado es siempre de Dios», el cual «quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu» (n. 12). ¡Este es el primado del Espíritu Santo! Por eso el Señor compara el dinamismo del Reino de Dios a «un hombre que hecha el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo» (Mc 4,26-27). El Espíritu es el protagonista, precede siempre a los misionarios y hace brotar los frutos. ¡Esta conciencia nos consuela mucho! Y nos ayuda a especificar otra, igualmente decisiva: es decir que en su celo apostólico la Iglesia no se anuncia a sí misma, sino una gracia, un don, y el Espíritu Santo es precisamente el Don de Dios, como dijo Jesús a la mujer samaritana (cfr Jn 4,10).

Pero el primado del Espíritu no debe inducirnos a la indolencia. La confianza no justifica la retirada. La vitalidad de la semilla que crece por sí misma no autoriza a los campesinos al abandono del campo. Jesús, al dar las últimas recomendaciones antes de subir al cielo, dijo: «recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos […] hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8). El Señor no nos ha dejado cuadernos de teología o un manual de pastoral para aplicar, sino al Espíritu Santo que suscita la misión. Y la audacia valiente que el Espíritu Santo infunde nos lleva a imitar el estilo, que siempre tiene dos características: la creatividad y la sencillez.

Creatividad, para anunciar a Jesús con alegría, a todos y en el hoy. En esta nuestra época, que no ayuda a tener una mirada religiosa sobre la vida y en la que el anuncio se ha convertido en diversos lugares más difícil, cansado, aparentemente infructífero, puede nacer la tentación de desistir del servicio pastoral. Quizá nos refugiamos en zonas de seguridad, como la repetición habitual de cosas que se hacen siempre, o en las tentadoras llamadas de una espiritualidad intimista, o incluso en un sentimiento mal comprendido de la centralidad de la liturgia. Son tentaciones que se disfrazan de fidelidad a la tradición, pero a menudo, más que respuestas al Espíritu, son reacciones a las insatisfacciones personales. Sin embargo, la creatividad pastoral, el ser audaces en el Espíritu, ardientes de su fuego misionero, es prueba de fidelidad a Él.  Por eso he escrito que «Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual» (Evangelii gaudium, 11).

Creatividad, por tanto; y después sencillez, precisamente porque el Espíritu nos lleva a la fuente, al “primer anuncio”. De hecho, es «el fuego del Espíritu que […] nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre» (ivi, 164). Este es el primer anuncio, que «debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial»; para repetir: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte» (ibid).

Hermanos y hermanas, dejémonos cautivar por el Espíritu Santo e invoquémoslo cada día: sea Él el principio de nuestro ser y de nuestro obrar; sea el inicio de toda actividad, encuentro, reunión y anuncio. Él vivifica y rejuvenece la Iglesia: con Él no debemos temer, porque Él, que es la armonía, mantiene siempre creatividad y sencillez juntas, suscita la comunión y envía en misión, abre a la diversidad y reconduce a la unidad. Él es nuestra fuerza, el aliento de nuestro anuncio, la fuente del celo apostólico. ¡Ven, Espíritu Santo!

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Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Espíritu Santo, por intercesión de nuestra Madre Inmaculada —cuya solemnidad celebramos el próximo viernes—, que nos preceda y acompañe en cada uno de nuestros apostolados y renueve en nosotros el celo apostólico, concediéndonos creatividad pastoral y sencillez evangélica. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

Resumen leído en español

Queridos hermanos y hermanas:

Hemos visto en las catequesis anteriores tres características del anuncio del Evangelio: es alegríapara todos y para hoy. En esta ocasión, reflexionamos sobre un último aspecto: el protagonista del anuncio es el Espíritu Santo. Sin el Espíritu Santo el celo apostólico sería vano, se convertiría en algo sólo nuestro y no daría verdadero fruto. La Iglesia no se anuncia a sí misma, sino que anuncia una gracia, un don, precisamente el “Don de Dios”, con mayúsculas, que es su mismo Espíritu.

El Espíritu Santo suscita la misión con creatividad y sencillez; dos notas distintivas que estamos llamados a vivir también nosotros. En primer lugar, creatividad pastoral, para anunciar a Jesús en toda circunstancia y buscar siempre nuevos caminos evangelizadores que vayan al encuentro de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Y también sencillez, para que, iluminados por el Espíritu Santo, sepamos volver a las fuentes del primer anuncio y transmitir lo esencial de nuestra fe, con frescura y entusiasmo.