viernes, 17 de febrero de 2017

Marcos 8:36

¿De qué te serviría ganarte el mundo entero, 

si perdieras tu alma en el intento?





Un gran misionero, dispuesto a perder su vida

Evangelio según San Marcos 8,34-38.9,1.


Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará.

¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?

¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?

Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles".


Y les decía: "Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder". 


Palabra del Señor






El seguimiento de Jesús tiene exigencias concretas y radicales. Seguir a Jesús es asumir su causa, integrar su proyecto, es estar dispuesto a ir en contra de las "buenas propuestas" de este mundo de consumo, exclusión y marginación. Jesús pide asumir la causa con todas sus consecuencias.

¿Estamos dispuestos a vivir la radicalidad  del seguimiento de Jesús?

¿Somos concientes que la experiencia de adhesión a la persona de Jesús tiene implicaciones existenciales profundas?