miércoles, 17 de abril de 2019

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy el Papa nos resume el significado de tres palabras que Jesús dirige al Padre. Como nos dice el Papa, debemos aprender de ese Espíritu de Jesús que es glorificado por el Padre en ese momento que es crucificado en la cruz y cumple su misión redentora. Ambos se glorifican mutuamente, de modo que esa lección, nos dice el Papa, debemos también nosotros de aprender buscando siempre la gloria y el bien de los demás.

También nos habla el Papa de no perder nunca esa filiación que nos hace hijo de Dios y como tal confiar en Él como un hijo confía en su padre. Y también, por último, el Papa nos habla del perdón. Como Jesús, que nos enseña en el Padrenuestro a perdonar a los que nos ofende, pide el perdón para todos nosotros que con nuestros pecados le hemos crucificado.




PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles, 17 de abril de 2019




Queridos hermanos y hermanas:

Hoy reflexionamos sobre tres palabras que Jesús dirige al Padre durante el momento de su Pasión. La primera es: «Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo» (Jn 17,1). La gloria significa la revelación de Dios como signo de su presencia salvadora entre los hombres. En la cruz, Jesús manifiesta su gloria porque es allí donde está realizando de forma definitiva la salvación de los hombres. La verdadera gloria es la del amor. En la Pascua comprobamos cómo el Padre glorifica al Hijo, mientras el Hijo glorifica al Padre. Ninguno se glorifica a sí mismo, sino al otro. Así, el actuar de Dios nos tiene que interpelar, para que no busquemos nuestra propia gloria sino la de Dios y la de los demás.

La segunda palabra es: «Abbá», es decir papá (cf. Mc 14,36). Jesús, cuando experimentó en el huerto de Getsemaní la angustia y la soledad ante su Pasión, se dirigió a Dios llamándolo “papá”. Nos enseña a tratar a Dios como un padre, porque en Él se encuentra la fuerza para seguir adelante en el dolor. En la desolación, Jesús no está solo porque está con el Padre. En cambio, nosotros, cuando nos encontramos en situaciones difíciles preferimos muchas veces la soledad, antes que decir “Padre” y confiar en Él.

Por último, en la tercera oración, Jesús dice: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» ( Lc 23,24). Él reza por los que lo están crucificando. Era el momento más agudo del dolor; pero es allí donde se llega al culmen del amor, en el perdón, que rompe el círculo del mal. Jesús reza por nosotros al Padre, para que nos envuelva con su misericordia, que trasforma y sana el corazón.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y de Latinoamérica. Pidamos al Señor que la celebración de la Pascua no sea sólo un momento más en nuestra vida, sino que nos impulse a vivir cada día para la gloria de Dios, confiando al Padre las pruebas que nos afligen y encontrando en Él el abrazo misericordioso que nos anima a perdonar a los demás. Que Dios los bendiga.