domingo, 10 de marzo de 2013

DE DOMINGO A DOMINGO



Podría ser el padre, o el hijo menor o estar situado en la actitud del hermano mayor. No cabe ninguna duda que en alguna actitud de las tres me he de situar. Porque en la vida podemos ser ambiciosos, inconformistas e suficientes, pero también podemos ser inflexibles, intolerantes e incomprensibles, o, superando ambas actitudes, empeñarnos en amar y perdonar ambas actitudes.

Sólo hay dos alternativas, el amor o el desamor. La una trae consigo el comprender, el dejar actuar con entera libertad y desear el bien hasta el punto de amar sin condiciones. La otra no perdona, busca su propio bien, es egoísta y solo piensa en satisfacer sus apetencias e ideales. Todos estamos metidos en ese saco y en alguna de esas actitudes nos encontramos.

No cabe ninguna duda que a todos nos gustaría ser ese padre bueno que comprende, que escucha, que, a pesar de saber como somos, nos deja en total libertad para que hagamos lo que nos apetece, y que nos espera en actitud de perdón y con los brazos abiertos. Dichosos todos nosotros si llegamos a descubrir que ese Padre existe y nos espera. Y más dichosos aquellos que encuentran el camino de regreso a casa.
PASTORAL PENITENCIARIA- GALA SOLIDARIA

EN EL CAMINO CUARESMAL





4º DOMINGO DE CUARESMA
10 marzo 2013

Jo 5, 9a. 10-12 Sal 33
2 Co 5, 17-21
Lc 15, 1-3. 11-32

 "JESÚS, EL ROSTRO DE DIOS"

Gracias Jesús por revelarnos 
el verdadero rostro de Dios:
un Padre Misericordioso,
siempre dispuesto a perdonar
todas nuestras faltas de amor.
Reconcilianos con el Padre,
para que en Ti seamos
una nueva criatura.
Que el sacramento
de la reconciliación
nos despojes de todo mal
y nos revistas con tu Gracia,
y así podamos decir:
"Gustad y ved que bueno es el Señor".

SANTA MARÍA EUGENIA DE JESÚS MILLERET BROU

Santa María Eugenia de Jesús


Ana-Eugenia Milleret nació en 1817 en Metz (Francia) y recibió de su madre una educación que le dio un carácter fuerte y el sentido del deber. Según la costumbre, asistía todos los días a Misa y recibió todos los sacramentos de la iniciación cristiana. Sus padres se separaron y Ana-Eugenia se trasladó a París junto a su madre. Cuando tenía 15 años, el cólera se llevó a su madre y, ante esta situación, llegó su conversión. Con 22 años se convirtió en la Fundadora de las Religiosas de la Asunción cuya congregación desarrolló una espiritualidad centrada en Cristo y en la Encarnación. Tuvo una vida larga dedicada totalmente a Jesuscristo que terminó en 1898.

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO I (a elegir uno de los tres siguientes)
Este es el día del Señor.
Este es el tiempo de la misericordia.

Delante de tus ojos
ya no enrojeceremos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.

En medio de las gentes
nos guardas como un resto
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.

Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.

¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor que es justo
revoca sus decretos:
La salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo.
  
Antífona 1: Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.

SALMO 117: Himno de acción de gracias después de la victoria
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.

En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.

El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.

Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.

Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.

Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
El es mi salvación.

Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
"la diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa".

No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.

Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.

Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.

Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo hecho,
ha sido un milagro patente.

Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, El nos ilumina.

Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.