martes, 9 de abril de 2013

EL CAMINO NECESITA DE PACIENCIA



«Dios no es impaciente como nosotros, que queremos todo e inmediatamente, incluso con las personas», indicó el sumo pontífice en la homilía, y añadió: «Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no destruye los puentes, sabe perdonar, nos espera siempre, incluso cuando nos hemos alejado».

«Dios nunca está lejos y, si volvemos a Él, está listo para abrazarnos», explicó el Papa. De hecho, «la paciencia de Dios debe encontrar en nosotros la valentía de volver a él, a pesar de los pecados y errores que pudiera haber en nuestra vida; al sentir mi pecado, al ver mi pecado, yo puedo ver y encontrar la misericordia de Dios, su amor e ir hacia Él para recibir el perdón».

 Después, el Papa contó que «en mi vida personal he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto también en muchas personas la valentía de entrar en las llagas de Jesús diciéndole: «Señor, estoy aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre». Y siempre he visto que Dios lo ha hecho: ha acogido, consolado, lavado, amado».
 
Por ello, indicó, «dejémonos envolver por la misericordia de Dios; confiemos en su paciencia que siempre nos da tiempo; tengamos la valentía de volver a su casa, de habitar en las heridas de su amor, dejándonos amar por Él, encontrar su misericordia en los Sacramentos». De esta manera, «sentiremos su ternura, sentiremos su abrazo».

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