Hoy, el Papa Francisco, nos habla de las virtudes como unas disposiciónes a la constancia y disponibilidad para hacer el bien. Y eso no es tanto innato cuanto sí una actitud de esfuerzo en procurar siempre hacer el bien. Un bien que nace desde una relación íntima con el Señor, porque solo en Él podemos alcanzar la verdad y el bien reflejado en el amor.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza San Pedro
Miércoles, 13 de marzo de 2024
_______________________________________
Catequesis. Vicios y Virtudes. 11. El actuar virtuoso
Queridos hermanos y hermanas:
Avanzando en nuestro ciclo de catequesis, hoy iniciamos nuestra reflexión sobre las virtudes. El origen de la palabra “virtud” nos remite a la fuerza y a la valentía, y también a la capacidad de disciplina y de ascesis. Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica que «la virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien» (n. 1803).
La constancia y la disponibilidad para hacer el bien son propiedades del ser virtuoso, de modo que nuestros actos no sean casuales e improvisados, sino fruto de un ejercicio y entrenamiento que conlleva esfuerzo y sacrificio, para que esas disposiciones se conviertan en un hábito.
Podemos decir que la virtud es un bien que nace de una lenta maduración de la persona, hasta convertirse en una de sus características interiores. El primer auxilio que recibimos para que esto sea posible es la gracia de Dios, que trabaja en nuestro interior por medio del Espíritu Santo.
***
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Espíritu Santo el don de sabiduría para que nos ayude a tomar decisiones y a ejercitar las virtudes, orientando nuestra vida por el camino del bien. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión nos ayuda a conocernos, también a conocerte, y en el mutuo conocimiento nace la comprensión, la confianza, las diferencias, los defectos, las virtudes...etc.
Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.