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Audiencia del Papa Francisco |
Sabemos y experimentamos que Jesús vive dentro de nosotros. Cada vez que acudimos al templo, nuestra casa donde hemos recibido también el Bautismo, tenemos la oportunidad de encontrarlo y de recibirlo. Pero no solo encontrarlo, sino dejar que Él, Xto. Jesús Vivo y Resucitado, viva en nosotros, y nosotros hacernos vida en Él. ¿Hay algo más grande?
Por eso, el Templo, la Casa de Dios, es
algo que tiene mucha importancia para la vida de un creyente en Jesús de
Nazaret. Y de eso es la Audiencia que el Papa Francisco nos ofreció el
pasado 26 de junio:
Quisiera hoy aludir brevemente a otra imagen que nos
ayuda a ilustrar el misterio de la Iglesia: el templo
(cf Conc. Ecum. Vat. II, const. dogm.
Lumen gentium,
6).
¿A qué pensamiento nos remite la palabra templo? Nos
hace pensar en un edificio, en una construcción. De
manera particular, la mente de muchos se dirige a la
historia del Pueblo de Israel narrada en el Antiguo
Testamento. En Jerusalén, el gran Templo de Salomón era
el lugar del encuentro con Dios en la oración; en el
interior del Templo estaba el Arca de la alianza, signo
de la presencia de Dios en medio del pueblo; y en el
Arca se encontraban las Tablas de la Ley, el maná y la
vara de Aarón: un recuerdo del hecho de que Dios había
estado siempre dentro de la historia de su pueblo, había
acompañado su camino, había guiado sus pasos. El templo
recuerda esta historia: también nosotros, cuando vamos
al templo, debemos recordar esta historia, cada uno de
nosotros nuestra historia, cómo me encontró Jesús, cómo
Jesús caminó conmigo, cómo Jesús me ama y me bendice.
Lo que estaba prefigurado en el antiguo Templo, está
realizado, por el poder del Espíritu Santo, en la
Iglesia: la Iglesia es la «casa de Dios», el lugar de su
presencia, donde podemos hallar y encontrar al Señor; la
Iglesia es el Templo en el que habita el Espíritu Santo
que la anima, la guía y la sostiene. Si nos preguntamos:
¿dónde podemos encontrar a Dios? ¿Dónde podemos entrar
en comunión con Él a través de Cristo? ¿Dónde podemos
encontrar la luz del Espíritu Santo que ilumine nuestra
vida? La respuesta es: en el pueblo de Dios, entre
nosotros, que somos Iglesia. Aquí encontraremos a Jesús,
al Espíritu Santo y al Padre. Leer más
Nota: las letras en negrita son mías.