La
Eucaristía lo es todo. Es la aspiración máxima a la que el hombre
aspira, muchos sin saberlo y otros muchos sin quererlo saber. Buscamos
la felicidad y la vida eterna, pero la buscamos en las cosas que en este
mundo existen. Queremos ser felices acumulando bienes, riquezas;
gozando de placeres, de comodidades, de apetencias y deseos...
Sin
embargo, experimentamos que nunca alcanzamos lo que deseamos y
pretendemos. La carrera siempre se nos hace interminable y no llega
nunca a su fin. Es más, cada día estamos, aunque aparentemente nos
engañemos, más insatisfechos. ¿Dónde y cómo buscar entonces?
El
secreto está en el amor, el amor que enciende nuestro corazón y lo
mantiene siempre ardiente, en llama viva, en incandescente gozo de
felicidad. Pero ese amor necesita un alimento, una vitamina que lo
sostenga siempre incandescente: "La Eucaristía".
La
Eucaristía es el alimento, la vitamina, el sostén, la fuerza, la
vitalidad, el aliento, la capacidad, el impulso y la vida que nos
permite caminar ardientemente, injertado en el Cuerpo y la Sangre de
Jesús, hacia la Casa del Padre. Es un misterio que nos sobrepasa y no
está a nuestro alcance. No lo entendemos, pero si podemos confiar que
allí está Jesús de Nazaret vivo, presente, ofreciéndose al Padre por
cada uno de nosotros.
Y, agarrados e injertados en Él,
somos también cada uno de nosotros ofrecidos al Padre y aceptados, por
la Muerte, ahora incruenta de su Hijo, por Él. Es, ese momento, la hora
más grande de cada día, y teniendo la posibilidad de recibirlo, ¡no hay
mayor privilegio!, ¡no hacerlo!, descubre en nosotros que todavía no
entendemos, ni siquiera, el valor y la importancia suprema de recibirlo
cada día.
Cuantas cosas hacemos, incluso rutinarias,
cada día porque son necesaria y casi vitales para nuestra vida. Pues la
Eucaristía es la mayor necesidad que el hombre tiene para llegar al
Padre. Es Jesús mismo quien se nos ofrece, vivo y presente.
El
Cardenal Bergoglio, antes de ser elegido Papa, nos ofrece su vivencia
de la Eucaristía. Su sencillez, su claridad y sabiduría nos podrá ayudar
a entenderla mejor.