En la comunidad se hace presente el amor, y en ella, nos esforzarnos en reflexionar, escuchar, orar y hablar con el Señor. De esta forma, testimoniamos que creemos y amamos al SEÑOR. Arrecife a, 14 de abril de 20222
ENLACES
- UN PENSAMIENTO POR LA NOCHE
- FACEBOOK - PARROQUIA SAN GINÉS OBISPO
- PENSAMIENTOS, VÍDEOS Y VIÑETAS
- UN RINCÓN PARA ORAR
- DE DODIM A AGAPÉ
- EVENTOS, FOTOS Y VIVENCIAS PARROQUIALES
- ORACIONES
- AVISOS, COMUNICADOS y PROGRAMAS
- VIDAS DE SANTOS
- VIDEOS, ENTREVISTAS, CONFERENCIAS
- TIEMPOS LITÚRGICOS
- LA COMUNIDAD
- COLABORACIONES
- DE DOMINGO A DOMINGO
- PAPA FRANCISCO - AUDIENCIAS
martes, 5 de febrero de 2013
COMPARTIR NUESTRA FE
Etiquetas:
CONFERENCIAS,
ENTREVISTAS,
VIDEOS
SANTA ÁGUEDA / GADEA
Santa Águeda |
Sobre el año 230 vino al mundo Águeda (o Gadea en castellano antiguo).
Nacio en Catania y su propósito fue mantener la castidad por amor a
Dios. Tuvo problemas debido a que el Gobernador Quinciano se enamoró
locamente de ella. Quería conquistarle y le arrancó el pecho, pero quedó
curada gracias al poder de Jesucristo. La reacción del Gobernador le
llevó a enviarla a la hoguera. Mientras su cuerpo intacto se consumía
repetía: "Oh Señor, Creador mío: gracias porque desde la cuna me has
protegido siempre. Gracias porque me has apartado del amor a lo mundano y
de lo que es malo y dañino. Gracias por la paciencia que me has
concedido para sufrir. Recibe ahora en tus brazos mi alma".
HIMNO
(Laudes)
"Quien entrega su vida por amor,
la gana para siempre",
dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y en el molino
donde me arrancan la vida.
Antífona 1: Te alabarán mis labios, Señor, porque tu gracia vale más que la vida. Aleluya.
SALMO 62: El alma sedienta de Dios
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)