Hoy, que no hay audiencia por el posoperatorio del Papa, pedimos por su pronta mejoría y ánimo para que pronto vuelva a pastorearnos en y con sus hermosas y profundas catequesis de las audiencias de los miércoles. Porque, las ovejas, como nos enseña la Palabra en estos días, necesitan Pastor para que no se dispersen y caigan a merced del lobo - mundo, demonio y carne -.
Precisamente, el Evangelio de hoy nos narra como Jesús: (Mt 10,7-15): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en
Y en el de ayer como elige personalmente a sus discípulos: (Mt 10,1-7): En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano...
Los llama por su nombre, de manera personal a cada uno y elige primero a Pedro, primado de su Iglesia que va a fundar apoyada en él. También hoy, su Iglesia está apoyada en el Papa Francisco, a quien ha llamado también personalmente. Y de la misma manera nos llama a cada uno. La reflexión y la respuesta dependerá de cada uno de nosotros, porque, la misión, tú misión empezó en la hora de tu bautismo.
Dios, nuestro Padre nos quiere y no llama personalmente para que alcancemos su Infinita Misericordia y nos reunamos con Él para el gozo de la Vida Eterna. Tratemos de encontrar lo que Dios quiere de nosotros. Pidamos también por nuestra Papa Francisco, para que se recupere, tome fuerzas y, renovado y fortalecido, por la Gracia de Dios, continúe pastoreando su Iglesia.
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.