AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO
Nadie puede pedir que tengan confianza en él si antes no da esa confianza y seguridad. Sobre todo haciendo y viviendo plenamente lo que propone a otros que hagan. Jesús proclama y vive alternativamente lo que dice con su vida. Todo lo proclamado es vivido, de tal manera que sabe de cansancios, de sufrimientos, de dolores y de agobios.
Y es a esos a los que se dirige, a los que están cansados y agobiados, porque solo los que se cansan y fatigan buscan descanso. Y Él, como nos dice nuestra Papa Francisco es el descanso y la paz que todos los hombres buscan, aunque muchos lo ignoran. Por su Infinita Misericordia somos siempre acogidos y perdonados. Y esa experiencia nos alivia y descansa.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 14 de septiembre de 2016
Queridos hermanos y hermanas
En el Evangelio que hemos escuchado, Jesús se dirige a sus discípulos para extenderles una invitación y lo hace a través de tres imperativos: «Vengan a mí», «tomen mi yugo», y «aprendan de mí».
Jesús se dirige a quienes están cansados y agobiados para que confíen en él y encuentren alivio en su misericordia. Es una invitación a descubrir la voluntad de Dios, entrando en comunión con él y cargando con su cruz.
La propuesta de Jesús es un camino de conocimiento e imitación. Él no es un maestro severo que impone los pesos que él no ha llevado. Él mismo se ha hecho pequeño y humilde, su ejemplo nos enseña y es el camino a seguir.
Tenemos que pedir a Dios la gracia de tener la mirada limpia de Jesús que nos hace comprender cuánto camino debemos aún recorrer; pero al mismo tiempo nos da la alegría de saber que estamos caminando con él y no estamos solos.
Saludos
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Los invito a pedir el don de la alegría, que es el de la gracia de sentirse discípulo de Jesús; de vivir junto a él con la fuerza de su consuelo y misericordia. Muchas gracias
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.