Santa Lucía
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Nacida en el siglo IV en Siracusa (Italia), sufrió las persecuciones de
Diocleciano en el Imperio Romano. Lucía, que había hecho voto de
virginidad por amor a Cristo, obtuvo que se aplazara la boda, entre
otras cosas porque la madre se enfermó gravemente. Devota de Santa
Águeda, la mártir de Catania, que había vivido medio siglo antes, quiso
llevar a la madre enferma a la tumba de la santa. De esta peregrinación
la madre regresó completamente curada y por eso le permitió a la hija
que siguiera el camino que deseaba, permitiéndole dar a los pobres de la
ciudad su rica dote.
Por desgracia, el novio rechazado se vengó acusando a Lucía ante el procónsul Pascasio por ser ella cristiana, muriendo mártir. Es la patrona de la vista debido a una leyenda en la edad media que decía que a Lucía cuando estaba en el tribunal, ordenaron a los guardias que le sacaran los ojos, pero ella siguió viendo.
Durante la Edad Media, debido al retraso acumulado por el Calendario Juliano, la festividad de Lucía coincidía con el solsticio de invierno y, por tanto, el día más corto del año. De ahí el dicho, ahora incorrecto, “por Santa Lucía, acorta la noche y alarga el día”.
Por desgracia, el novio rechazado se vengó acusando a Lucía ante el procónsul Pascasio por ser ella cristiana, muriendo mártir. Es la patrona de la vista debido a una leyenda en la edad media que decía que a Lucía cuando estaba en el tribunal, ordenaron a los guardias que le sacaran los ojos, pero ella siguió viendo.
Durante la Edad Media, debido al retraso acumulado por el Calendario Juliano, la festividad de Lucía coincidía con el solsticio de invierno y, por tanto, el día más corto del año. De ahí el dicho, ahora incorrecto, “por Santa Lucía, acorta la noche y alarga el día”.
HIMNO
(Laudes)
"Quien entrega su vida por amor,
la gana para siempre",
dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y en el molino
donde me arrancan la vida.
la gana para siempre",
dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y en el molino
donde me arrancan la vida.
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.