- "Señor, Dios de nuetros padres, que concediste a san Joaquín y a santa Ana...
(ver aquí)
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Una antigua tradición, datada ya en el siglo II, atribuye los nombres de Joaquín y Ana a los padres de la Inmaculada Virgen María. El culto aparece para Santa Ana ya en el siglo VI y para San Joaquín un poco más tarde. La devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios. Sus nombres se conservaron gracias a tradición de los cristianos.
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