Hoy en Papa reinicia las audiencias y en la primera, después del tiempo vacacional nos habla de los ídolos y la idolatría. Estamos inclinados a crearnos ídolos, nos dice el Papa Francisco, y con facilidad caemos en esa inclinación. Todo se reduce a buscar la felicidad y cuando creemos que con algo concreto la conseguimos, la idolatramos y la hacemos el centro de nuestra vida.
Muchos creemos que el dinero, el trabajo, el placer, el éxito, la fama...etc., y muchas cosas en las que buscamos ser felices. Pero, la realidad nos descubre que no es así. Al contrario, encontramos la esclavitud y la dependencia que termina por someternos y dominarnos como nos dice el Papa Francisco en la audiencia de hoy. Dios es la respuesta a nuestra libertad y felicidad.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 1 de agosto de 2018
Miércoles, 1 de agosto de 2018
Queridos hermanos y hermanas:
El primer mandamiento del decálogo, que dice: «No tendrás otros dioses frente a mí» (Ex 20,3), nos lleva a reflexionar sobre el tema de la idolatría, que es de gran actualidad. Al dar este mandamiento, Dios añade: «No te fabricarás ídolos ni figura alguna, […] no te postrarás ante ellos, ni les darás culto» (Ex 20,4-5).
El ser humano, sea creyente o no, es propenso a crearse ídolos. La palabra “ídolo” en griego viene del verbo “ver”. Un ídolo es una “visión” que llega a ser una fijación, una obsesión sobre algo que pudiera responder a las propias necesidades y, por tanto, se busca y se hace todo por alcanzarla, pensando que en ella está la felicidad.
Sin embargo, los ídolos exigen un culto y a ellos se sacrifica la propia vida con tal de alcanzarlos. Se antepone el dinero, la fama o el éxito a la familia, a los hijos y a la integridad de la vida. Los ídolos son mentirosos; prometen felicidad, pero no la dan, sino que esclavizan y terminan haciéndose dueños de nuestra existencia. En cambio, el verdadero Dios no nos ofrece ilusiones ficticias ni hace despreciar el momento presente, sino que enseña a amar a los demás y a vivir la realidad de cada día.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica.
Los animo a que entren en su interior para reconocer y erradicar los ídolos que los tienen esclavizados y, en su lugar, pongan al verdadero Dios, que los hará libres y plenamente felices.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias.
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