Nos llena de esperanza esta hermosa reflexión que nuestro Papa Francisco nos regala hoy en el Espíritu Santo, que le alumbra y nos abra a nosotros el corazón para acogerla y meditarla profundamente con esperanza y alegría. Porque, nuestra salvación pasa por el encuentro con Jesús Resucitado que, a pesar del dolor y sufrimiento, que nuestro paso por el mundo nos presenta, nos levanta y nos llena de gozo esperanzado en Resucitar en Él.
Porque hemos nacidos, no para morir, tal y como está propuesto en el camino de este mundo, sino para, por, en y con Xto. Jesús, Resucitar para la Vida Eterna plena de gozo y felicidad junto al Padre. Quizás nos ocurre, como a la Magdalena, que apesadumbrados por el dolor quedamos cegados y sumidos en la oscuridad, tal y como nos dice el Papa Francisco. Pero, confiemos en Jesús, continúa el Papa, que se hace el encontradizo y nos llama por nuestro nombre, para levantarnos y llenarnos de esperanza y alegría.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles 17 de mayo de 2017
Miércoles 17 de mayo de 2017
Queridos hermanos y hermanas:
En este tiempo de Pascua dirigimos nuestra mirada a María Magdalena, la primera persona en encontrarse con Jesús resucitado, según los Evangelios.
La experiencia de la resurrección que vive María Magdalena es profunda y existencial. Ella se acercó al sepulcro con el corazón colmado de la tristeza y la soledad de quien ha perdido un ser querido, y al llegar ahí, el dolor y la desilusión de no encontrar el cuerpo de Jesús le impedían verlo y reconocerlo vivo. Entonces Jesús, tomando la iniciativa, la llama por su nombre. Ella al sentirse interpelada personalmente, experimenta dentro de sí una felicidad tan profunda que cambiará su existencia y que está destinada también a transformar la existencia de todo hombre y mujer. Es muy hermoso pensar que la primera aparición de Jesús resucitado se haya producido de un modo tan personal y cercano.
Nuestra vida, tantas veces cargada de esas mismas experiencias de soledad, de vacío y de dolor, se ve transformada por la presencia de Dios, que mucho antes de que nosotros lo busquemos, sale a nuestro encuentro, nos llama por nuestro nombre, y nos dice: Levántate, no llores más, porque he venido a liberarte.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los animo a perseverar en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios, para que en los momentos de dolor y abandono, sientan cómo Jesús resucitado los llama por su nombre, y salgan con el corazón lleno de alegría a anunciar a todos la Buena Noticia de la Resurrección. Que Dios los bendiga.
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.