Precisamente, nuestro Dios se diferencia de todos los demás en eso que hoy nuestro Papa Francisco nos dice y nos recuerda. Es un Dios que no nos deja solos, sino que nos acompaña y se pone el primero en el camino. Él, precisamente, es el Camino -Jn 14, 6-. Nos alumbra el camino y nos toma de la mano para que vayamos con Él.
Nuestra vida es un camino, nos dice el Papa, pero un camino lleno de dificultades y peligros, y que recorrerlo solo desde nuestra limitada y herida condición humana es una temeridad y fracaso seguro. Es de sentido común que nuestro Dios no nos deje solo y se preocupe por nosotros, y nos acompañe, y nos asista. Pues sabe quiénes somos y lo que somos: débiles criaturas tocadas por el pecado.
Gracias santo Padre por sus alentadoras y tonificantes palabras que nos fortalecen en el Espíritu Santo y renuevan nuestra esperanza, apoyada en la promesa de nuestro Padre Dios, en y por los méritos de nuestro Señor Jesús.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 26 de abril de 2017
Queridos hermanos y hermanas:
Las palabras del Evangelio de san Mateo que acabamos de escuchar nos aseguran que nuestro Dios es un Dios cercano, que camina a nuestro lado. No es un Dios lejano e indiferente, sino lleno de amor y de ternura por cada hombre y mujer. A diferencia de nosotros, hábiles en arruinar vínculos y derribar puentes, Dios permanece fiel, nunca nos deja solos, sino que camina siempre a nuestro lado, aun cuando nos olvidáramos de él.
La existencia de todo ser humano es un camino, una peregrinación. La Sagrada Escritura está llena de historias de peregrinos y viajeros, como la de Abrahán que, siguiendo la voz del Señor, abandonó su tierra para ir al encuentro de Dios. En el camino de la vida nadie está solo, y para nosotros los cristianos, esta certeza es aún más fuerte, pues las palabras de Jesús: «Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo», nos aseguran que él nos cuida y nos acompaña siempre.
Entre los símbolos cristianos de la esperanza está el ancla, que evidencia cómo la esperanza cristiana no es un sentimiento indefinido que quisiera mejorar el mundo con la propia fuerza de voluntad, sino la seguridad en lo que Dios nos ha prometido y realizado en Jesús.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que en este tiempo pascual la contemplación de Jesús resucitado, que ha vencido a la muerte y vive para siempre, nos ayude a sentirnos acompañados por su amor y por su presencia vivificante, aún en los momentos más difíciles de nuestra vida. Que Dios los bendiga.
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.