(Mt 5,17-37) |
Jesús
no viene a abolir ni lo más mínimo de la Ley sino todo lo contrario, a
darle cumplimiento. Y es que en el amor todo su cumple, pues aquel que
ama no mata, perdona, no adultera, no engaña ni tiene necesidad de jurar
porque dice y camina en la verdad. Todo se complica cuando el amor se
queda a media y requiere normas y vigilancia para que se cumpla la ley.
Cuando
nos sentimos débiles estamos tentados a defraudar y a saltarnos la ley.
Y es que la debilidad nos hace imposible cumplir con lo prescrito por
la Ley. Necesitamos reconocernos débil y es en ese momento cuando
descubrimos que en la debilidad nace nuestra fuerza y nuestro poder.
Porque ante el reconocimiento de la debilidad nuestro Padre Dios no
resiste, por su Amor, perdonarnos y fortalecernos para poder vencer en
esa lucha.
Así,
Pablo experimenta que en la debilidad es fuerte. Y nosotros también
experimentamos que cuando nos reconocemos débiles, pecadores y nos
humillamos, alcanzamos la misericordia y el perdón del Señor.
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.