(Jn 1,29-34) |
Juan
señala a Jesús como el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
Sabe que su misión ha terminado, y da paso a que Jesús, el enviado por
el Padre, dé comienzo a la suya: Rescatar a todos los hombres del
pecado, eso significa perdonarlos. Por eso, Juan lo anuncia como el
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
La
grandeza de Juan de quitarse del medio cuando le llega el momento. Eso
descubre en él gran humildad, pues son momentos de tentaciones ante su
popularidad y la admiración de tus discípulos. Juan les señala a Jesús y
les abre el camino para que sigan al Único y Verdadero Cordero de Dios
que quita los pecados del mundo. Él ha terminado su misión de preparar
el camino.
¡Dios
mío!,¿ cómo es posible que el pueblo no te haya conocido? Pero también
me doy cuenta que hoy ocurre lo mismo, pues la verdad esta revelada y
conocida por millones de personas, y sólo siguen unos cuanto. Me fío de
Juan y de su testimonio de cómo el Espíritu Santo bajó a Jesús. Me fío
Señor y te doy gracias por conservarme esa fe dentro de los peligros que
supone la jungla de este mundo.
Pero más me fío de tu Palabra Señor, porque Tú eres la Verdad, el Camino y la Vida.
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