La vida debe ser una fiesta. Una fiesta porque nos ha sido dada para vivirla en plenitud. Perderla sería lo peor que nos puede ocurrir. Vivimos para alcanzar la Vida Eterna, y esa Vida Eterna es una fiesta para siempre. Por lo tanto, el camino de nuestra vida es un camino de fiesta y hacia la fiesta.
Hoy, el Papa Francisco nos habla en su audiencia, 4 de septiembre, del sentido festivo de la fiesta de nuestra vida. Leer más.
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.