Oímos muchas veces decir que aquella persona era muy buena. Expresiones como: "¡Era un caballero!"; ¡Fue una persona integra y de bien!... y otras muchas más, nos interpelan ante lo que verdaderamente importa. Más que cumplir es vivir en la buena intención de hacer el bien, o lo que es lo mismo, vivir en el amor.
Sin embargo, eso nos puede llevar a confundirnos en cuanto conocemos a muchas personas que se confiesan no creyentes y son buenas personas. Ejemplares diría. Confundirnos porque nos ponen en duda que es lo importante: creer y adorar a Dios, o simplemente ser buena persona.
Hoy, en la segunda lectura, Pablo aclara bastante este problema: "El hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Xto. Jesús". ¡Más claro el agua!. Ahora, creer en Jesús supone seguir su mismo estilo de vida, y ello nos lleva a, no solo a amar a Dios sobre todas las cosas, sino a cumplir la Ley y amar al prójimo.
Se trata de ser buena persona, pero porque creemos en Jesús y es Él quien nos justifica, pues ser por nosotros mismos nos llevaría a ser reo de mi propia humanidad. Es Xto. Jesús quien me salva por su Muerte y Resurrección, y si no vivo en Él, mi humanidad quedará prisionera de mi propia carne. Así que todo lo que hagamos tendrá verdadero sentido de salvación si lo hacemos confiado y por la fe en Xto. Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión nos ayuda a conocernos, también a conocerte, y en el mutuo conocimiento nace la comprensión, la confianza, las diferencias, los defectos, las virtudes...etc.
Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.