Santa Margarita |
En este día de fiesta por la Cátedra del Apóstol San Pedro celebramos
Santa Margarita. Nació en 1247 en Italia y quedó huérfana de madre a los
siete años. Su padre se vuelve a casar con una mujer dominante que hace
la vida imposible a la joven. Entonces, a los 17 años se deja engañar
por un agricultor con el que huye. Vivió ocho años de lujo, fiestas y
pecado, pero su corazón no era feliz. Tuvo un hijo y, aún y todo,
buscaba en Dios una solución. Un día, su compañero sale al campo y unos
guerrilleros acaban con su vida.
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Cristo te llama, Pedro, y tú le sigues;
dejas tu barca, pescador de hombres;
roca y cimiento de la santa Iglesia
Cristo te hace.
El te pregunta:
"¿Me amas más que éstos?";
tú le respondes: "Sabes que te quiero".
El te encomienda todo su rebaño;
tú lo apacientas.
Tienes las llaves, atas y desatas;
fiel al Maestro, amas más que niegas;
llegas a Roma, con tu magisterio;
mueres por Cristo.
Desde tu cielo, mira a nuestra tierra,
guía los pasos de tus sucesores
que en el primado del amor, sirviendo,
rigen la Iglesia.
Antífona 1: Dijo el Señor a Simón; “No temas: desde ahora serás pescador de hombres.”
SALMO 62: El alma sedienta de Dios
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 1: Dijo el Señor a Simón; “No temas: desde ahora serás pescador de hombres.”
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Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.