Jn 6, 22-29 →¡Qué buen rato se pasaría con Jesús! |
Andamos
corriendo para conseguir espacios de poder pasarlo bien. Si nos paramos
a pensar, andamos buscando momentos que nos satisfagan y nos procuren
bienestar y emociones placenteras. Todos buscamos pasarlo bien.
Sin
embargo, cuando logramos encontrar un momento de esos, siempre
terminamos de la misma forma. ¡Qué pena, se acabó!, pero, decimos como
consolación y pena, hemos pasado un buen rato. Y seguimos la lucha por
volver a conseguir pasar otro buen rato. Alguna circunstancias que nos
procure felicidad. ¡Es la carrera de todos los días!
Incluso
nos juntamos para pasarlo bien y entretenernos. Y me parece muy bien
todo eso. Yo no me puedo excluir de ello, y trato de buscar una buena
película, un buen partido o hablar con los amigos para conseguir pasar
un buen momento. Es nuestra humanidad insaciable de felicidad que no
para de buscar. Se trata de eso, de buscar lo que nos haga feliz.
Eso
le pasó a aquella gente contemporánea de Jesús. Lo buscaban para
saciarse, para satisfacer la sed de tantas cosas que necesitaban, cosas
de este mundo, pero efímeras, caducas... satisfechos, de inmediato
vuelve a aparecer el hambre y sed de saciarse de nuevo. Buscar a Jesús
por eso no es bueno del todo, porque no tomamos lo verdaderamente
importante, sino lo temporal, lo que tiene su tiempo marcado.
En
muchos momentos de nuestra vida lo buscamos para llenar un espacio
muerto que tenemos y que lo pasamos mal, nos aburrimos, estamos solos
sin saber qué hacer. Se lo dedicamos a Él, entre paréntisis, no
buscándolo, sino buscando nuestro momento de entretenernos y pasarlo
bien,
Es
lo que Jesús les reprocha a aquellos que le buscan para saciar su
hambre. Les advierte de que lo importante es buscar el alimento
imperecedero, aquel que nunca deja de saciarnos, y encontrado nos llena
plenamente para toda la eternidad.
Porque,
una pregunta, ¿no pasamos un buen rato con Jesús en medio de nosotros?
Incluso con la conversación divertida, chistosa, amigable... Sin
olvidarnos de que Él está también en esa tertulia para ayudarnos a
alumbrar todo, hasta los ratos de relajamiento, desde Él. Porque es el
Camino, la Verdad y la Vida.
Eso
es lo verdaderamente importante, lo que nos hace pasar, no un buen
rato, sino una buena eternidad, porque también existe una mala eternidad
para los que se quedan distraído y se autocolocan a la izquierda del
Señor. Esa es, sin obviar que lo demás también tiene sus buenos
momentos, lo que debe llenar profundamente nuestros espacios de amistad,
de tertulia y café. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión nos ayuda a conocernos, también a conocerte, y en el mutuo conocimiento nace la comprensión, la confianza, las diferencias, los defectos, las virtudes...etc.
Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.