Jesús comparte con nosotros esa muerte con la que todos terminamos nuestro camino aquí en este mundo, pero no es el final del camino, hay otro mundo al cual nosotros pertenecemos. Y ese mundo es el Reino de Dios, al que Jesús, en el nombre del Padre, nos ha invitado.
Y nos promete que si morimos con Él, Resucitaremos con Él.
¿No es hermoso asistir a esta clase de entierros?
¿Nos compromete a un cambio de vida nuestro beso a la Cruz? |
¿O simplemente se trata de algo tradicional, una costumbre que hacemos todos los años? |
Seguir a Jesús no es cuestión de besos o reverencias, es un cambio de actitud en el estilo de nuetra vida. |
PROCESIÓN DE LA SOLEDAD
Maria sufre la Pasión de su Hijo Jesús. Sufre como sufren las madres, desgarrado su corazón en la mayor soledad, porque nada consuela su dolor.
María mantiene su dolor en la esperanza de que sabe que su Hijo tiene puestas todas sus esperanza en el Amor del Padre, ese Padre Dios del que ella aceptó su Voluntad de ser Madre de Jesús. En esa esperanza aguarda en su soledad, confiada, que se haga la Voluntad del Padre.
¿Estamos nosotros también esperanzados, confiados a aceptar nuestras soledades a ejemplo de María?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión nos ayuda a conocernos, también a conocerte, y en el mutuo conocimiento nace la comprensión, la confianza, las diferencias, los defectos, las virtudes...etc.
Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.