(Mc 1,12-15)
Convertíos y creed
Señor Jesús,
tu que fuiste impulsado
por el Espíritu Santo,
haz que este mismo Espíritu
me impulse a seguirte más de cerca
y no caer en la tentación.
Que me deje hacer por tus manos
y así me convertiré,
me volveré hacia ti y creeré,
confiaré con la esperanza firme
de que siempre me buscas
cuando me alejo de ti.
¡Dichoso el hombre
que confía en el Señor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión nos ayuda a conocernos, también a conocerte, y en el mutuo conocimiento nace la comprensión, la confianza, las diferencias, los defectos, las virtudes...etc.
Y todo eso se puede unir por el amor. Amar es permanecer unidos en Aquel que nos une: Jesús de Nazaret.